[et_pb_section fb_built=»1″ _builder_version=»3.27.4″][et_pb_row _builder_version=»3.27.4″][et_pb_column _builder_version=»3.27.4″ type=»4_4″][et_pb_text _builder_version=»3.27.4″ text_orientation=»justified» text_font=»Montserrat||||||||» hover_enabled=»0″ inline_fonts=»Montserrat»]

Interesante artículo que pone el foco sobre la forma de evaluar a los candidatos para puestos de liderazgo dentro de las organizaciones. Josh Bersin y Tomas Chamorro-Premuzic proponen, en este articulo para Harvard Business Review, hacerse tres preguntas básicas durante el proceso de selección: ¿Tiene el candidato las habilidades para contribuir de forma significativa o para ser un líder efectivo? El liderazgo exige una amplia gama de rasgos de carácter, incluidos altos niveles de integridad, pero también evitar atributos negativos como el narcisismo o la psicopatía. ¿Puedo confiar en las medidas que adopte este candidato? Esta es probablemente la razón por la cual las mujeres aún tienden a ser promocionadas menos que los hombres, incluso cuando su desempeño es idéntico: muchas organizaciones promueven a las personas en posiciones de liderazgo porque «crean la impresión correcta», incluso si sus contribuciones reales son mínimas. ¿Estoy mirando hacia adelante o hacia atrás? Las organizaciones necesitan sentirse cómodas pensando fuera de su círculo de control, lo que significa, también, colocar en puestos directivos a personas que podrían no encajar o aquellos que piensan diferente.

Puedes leer el artículo completo aquí.

[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section]