Una mente cerrada es la que considera que el éxito de un profesional reside más en la inteligencia innata que en la forma de utilizarla, y es precisamente en la forma en la que es utilizada en la que se diferencia un profesional con más o menos talento. Esta forma de pensar fomenta el temor al fracaso y a su vez la renuncia a salir de la zona de confort. Aún me acuerdo cuando en 2008 me certifiqué en Coaching, y mucha gente me dijo que era imposible que sectores como la abogacía o la banca pudieran entrar a valorar esta técnica que no tenía sentido. Hoy en día, es fundamental en la práctica de mi profesión tanto como Head Hunter, como cuando ayudo a los profesionales o a las empresas en sus procesos de cambio, acompañándolos y haciéndoles preguntas. Es verdad, que la educación que hemos recibido los profesionales, que estamos abrazando la digitalización no contribuyo mucho, fue un sistema escolar que elogió la inteligencia CI y no nos entrenó para darle importancia a los otros tipos de inteligencia, pero sobre todo no nos enseñaron a preguntarnos la razón de las cosas. Nos enseñaron a confiar en nuestros maestros y hacer y hacernos pocas preguntas, no nos enseñaron a ser “wonderfull” que no es lo mismo que “wonderful” /maravilloso. ¿A qué nos referimos cuando hablamos del concepto wonderfull? La traducción sería algo así como; estar cargado de preguntas o preguntarse “a tope”. Cuando alguien se da la oportunidad de preguntarse, profundiza en los conceptos, en el conocimiento personal, forma de actuar etc… se aprende más de uno mismo, de lo que se quiere en la vida, de quienes somos, de cómo son los otros, de que queremos y como lo vamos a hacer etc…
Hace poco estuve en un taller al que me invitaron con un titular que me pareció muy interesante: – “cuando te conoces eres poderoso, pero cuando te aceptas eres invencible”, Tina Lifford-. Pues bien, solo haciéndonos preguntas podemos conocernos, aceptarnos y avanzar en este cambio de cultura, pero para avanzar hay que arriesgarse.
Un ejemplo real, son las frustraciones de tantos y tantos abogados que quieren ser socios y no lo consiguen, con los que me encuentro cada vez más en las sesiones de asesoramiento en carrera profesional (al menos dos candidatos al mes seguro). ¿Cuál es la razón por la que se han frustrado? En un momento X de su carrera profesional, no fueron capaces de pararse a pensar, observar el entorno y hacerse preguntas. Dieron por hecho que para llegar a ser socio bastaba con saber resolver problemas de índole jurídico, y de vez en cuando hacer un poco de “BD”, desarrollo de negocio, asistieron a cursos de formación en otras disciplinas etc., y además no contaban con el cambio en la forma de concebir las profesiones. Para superar la frustración, es necesario aceptar que el ecosistema laboral ha cambiado y seguirá cambiando por lo que debemos hacer un cambio de “mindset”, podemos cambiar de trabajo, pero el problema subsistirá si no hacemos el cambio interno. Se que es difícil que los letrados venzan la resistencia al cambio, sobre todo, cuando el mundo al que vamos aún no sabemos cómo será. Cuando gran parte de lo que conocemos y amamos está cambiando, la aceptación plena de la responsabilidad personal llega a ser una necesidad física y psicológica para la supervivencia.
Personalmente, veo el escenario en el sector legal positivo, nosotros cada año tenemos más trabajo, aumenta el número de encargos que tenemos de empresas y despachos. Cuando yo comencé en executive search para el sector legal, no existían profesionales especializados en esta área, en la actualidad se han reproducido como esporas, el mercado es más abierto y maduro y hay espacio para todos. Por lo tanto, si abrimos nuestras mentes y con la ventaja de que el mercado legal actual es muy variado; si nos replanteamos y definimos, hacia donde vamos, con conocimiento de cómo somos y donde está nuestro talento, seguro que seremos capaces de encontrar el trabajo adecuado y en el que trabajaremos felices y por lo tanto seremos más efectivos.
Paula Fuentes, Managing Partner de F&B Consultores.