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Al tiempo que está habiendo un cambio de modelo, las nuevas generaciones encabezadas por los ‘Millenials’ tienen una forma diferente de entender la profesión.
El modelo BigLaw (modelo Cravath) que es el que han seguido los grandes despachos desde el siglo pasado está siendo superado por nuevos modelos de negocio que ya están en el mercado, los primeros que vaticinaron el cambio fueron Galanter y William en el artículo titulado The Elastic Tournament: A Second Transformation of The Big Law Firm. En 2013 Susskin en su libro Tomorrow lawyers, vuelve a comentar sobre el gran cambio. La irrupción de las nuevas formas de comunicación/tecnología y el impacto de la crisis del 2008, que hace que los clientes demanden servicios de calidad a precios inferiores están reconfigurando el sector legal: El BigLaw está dando paso poco a poco al nuevo concepto acuñado por Beaton NewLaw para referirse a un nuevo modelo de concebir la abogacía de los negocios, que ya convive con los despachos tradicionales. En su libro NewLaw-NewRules, habla entre otros temas de las diferencias entre ambos sistemas. Basándonos en esta monografía vamos a tratar de apuntar algunas de las diferencias fundamentales entre ambos:
Millenials
Al tiempo que está habiendo un cambio de modelo, las nuevas generaciones los Millenials , que son jóvenes de entre 25-30 años, tienen una forma diferente de entender la profesión, hoy por hoy representan el 10% de la población laboral activa, pero en 2050 representarán el 75% de la población laboral activa.
Nosotros como seleccionadores venimos percibiendo este cambio de tendencia desde hace unos años, pero en los dos últimos años de forma más radical. Hasta entonces estábamos ante un mercado en el que los que dominaban eran los despachos a la hora de contratar. Ahora y tratándose de muy buenos abogados, no nos basta con saber quiénes son los mejores, sino que hay que plantearles proyectos atractivos para que se sientan atraídos por el cambio y por las personas que los lideran. Los jóvenes abogados son conscientes de su valor, ya que son pocos los que deciden apostar por esta carrera. Ante esta nueva realidad no nos queda otra que ir cambiando el chip, tanto en la selección del talento, como en la retención del mismo una vez incorporado a la firma. Los abogados de cuatro, cinco y seis años de experiencia tras haber trabajado los primeros años en despacho lo que quieran en un la mayoría de los procesos de selección que llevamos a cabo para estas firmas, es cambiarse a empresa o cambiar de vida. Se reduce el número de candidatos que quieren seguir en la carrera para ser socio.
En cifras hemos tomado como base los tres despachos nacionales más grandes por volumen, las Big Four, y los despachos del Magic Circle y americanos, y no son más de tres o cuatro asociados y en algunos casos dos o uno, los abogados de cuatro a seis años de experiencia que tienen interés en moverse a otro despacho de similares características.
Cambios
A los pocos que aún les sigue atrayendo la idea de cambiar a despacho les preguntamos las razones que les podrían llevar a cambiarse a otro despacho contestan: «formación», » trabajar con profesionales de los que se pueda aprender», «poder trabajar en un despacho donde la carrera profesional no dependa de un número de años, sino del mérito propio» o «tener la posibilidad de irse a trabajar un año fuera a otro despacho (secondment)». En una palabra: flexibilidad.
Los que se quieren cambiar a empresa o dejar la profesión nos comentan: «Hay muchos más socios en mi departamento que abogados asociados», «la responsabilidad que me toca asumir no es acorde con mi nivel de experiencia, pero no hay una falta de abogados con experiencia intermedia y esto me crea estrés a diario». «entiendo que hay que tener equilibrio entre vida profesional y vida personal, los socios no tienen vida personal y yo quiero tenerla, y muchos de ellos han sacrificado su vida personal con consecuencias y no quiero que me pase», «cuando veo a mi socio de 49 años trabajando conmigo a las 2:00 de la mañana, no lo entiendo, es un looser, «tenemos dos sueldos, a pesar de que me gusta mucho el trabajo, no necesito ganar tanto dinero a cambio de no tener vida, «como no hay asociados suficientes trabajo para seis socios y algún senior y esto me crea dispersión y estrés»… La realidad es que ante este panorama hay falta de abogados en las categorías intermedias.
Como dejan ver estos testimonios, estos jóvenes (millenials) que actualmente representan, como decíamos antes un pequeño porcentaje en las estructuras de los despachos y que son parte importante de los equipos de estas firmas, no están contentos porque quieren trabajar en una profesión que les guste mucho, son tecnológicos, siempre están conectados, les dan mucha importancia al equilibrio personal/profesional, entienden el trabajo de forma colaborativa y las estructuras horizontales sin jerarquías, respetan a sus mayores y les gusta aprender de ellos pero entienden que ellos también tienen mucho que aportarles a los más séniors. Lo que está claro es que les cuesta entender las carreras profesionales largas de 8 a 10 años del modelo tradicional y no encuentran sentido al modelo BigLaw. Conviven en firmas en las que hay profesiones de otras generaciones de la Generación X y los Baby Boomers, a los que les cuesta entender que mientras ellos se quedan trabajando los viernes y muchos domingos, los más jóvenes no contemplen estos horarios y traten de optimizar los tiempos que están en la oficina. La palabra conciliación no la entienden porque viven todo el tiempo conectados. Lo que sí que entienden es la flexibilidad y los horarios adaptados a las exigencias del trabajo y no necesariamente desde la oficina.
La concepción actual del negocio no está alineada ni con las nuevas formas de entender el trabajo que tienen los clientes ni con la mentalidad de los nuevos abogados: Los clientes quieren soluciones de calidad a precios más bajos y los nuevos abogados trabajar con más flexibilidad y existen las tecnologías que lo hacen posible. ¿Volvemos al concepto tradicional de profesión liberal pero en estructuras dirigidas por gestores especializados?…Los despachos tradicionales siguen formando parte importante del mercado de servicios legales profesionales, y también es verdad que están surgiendo formas diferentes de trabajar que ya son una realidad: Despachos como Riverview Law, Lawyers on Demand, NewLaw Us o Axiom que ofrecen servicios legales al amparo de nuevos modelos. Axiom crecio al 30% en el ejercicio 2014, mientras que los despachos tradicionales lo hacen al 3%. Otro despacho, Lawyers on Demand, facturó 16,9 millones de euros este último ejercicio, por tanto los datos objetivos dan prueba de ello. Los clientes demandan servicios de calidad, de profesionales digitales, flexibles, capaces de trabajar a lo largo y ancho del mundo.
El futuro es impredecible pero el cambio ya está aquí.